Se intercambian posiciones y juegan con los culos de sus hijas. Luego se abren paso por delante y se enfrentan, sacando sus enormes pollas para que las toquen. Lala y Layla se toman las pollas de sus padres en la boca mientras siguen jugando al videojuego. Luego, toman los joysticks de sus padres por detrás, sin apartar la vista de la pantalla. ¡Quién iba a decir que estas hijas eran tan buenas para hacer varias cosas a la vez!
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