Me encontré con una chica que ya conocía. No estaba contenta porque dijo que no le había escrito después de correrme. ¡Pues estaba dispuesta a darme otra oportunidad, literalmente! En cuanto empezó a masturbarme, recordé lo divertida y traviesa que podía ser. ¡Le cubrí la cara con tanto semen que no quedó ni una gota seca!
No hay resultados disponibles
No hay resultados disponibles