Los padres pervertidos acceden, abofeteando los traseros de sus hijas hasta dejarlos rojos. ¡Pero las chicas empiezan a besarse en medio! Pronto, el castigo se convierte en una orgía a todo trapo, con las chicas intercambiando papis para que les den placer a sus estrechos labios vaginales. Rebotan y gimen juntas, disfrutando de toda la polla de papá que desean. Luego, empapan a sus viejos en jugo vaginal y se corren para rematar la acción. ¡Eso debería hacerlas portarse bien!
