Todas las mujeres están locas. Las zorras lo están aún más, pero esta tía estaba loca de remate. Cuando digo que le gusta duro, no exagero. ¡Le gusta DURO! El sexo duro es la única forma de excitarla. Quería que yo representara una fantasía en la que entrara en su casa y hiciera con ella lo que me diera la gana, así que lo hice, y además duro como la pata. Me colé en su casa, subí las escaleras sigilosamente y la agarré por detrás. Se resistió, pero no le sirvió de nada. Le aplasté la cabeza contra el colchón, dejándola redonda.
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