Valentina Nappi acaba de comprarse lencería para enseñársela a su marido y desfogarse en la cama, pero él la llamó diciendo que tiene que irse por trabajo. Valentina no está nada contenta; la ha descuidado e ignorado demasiadas veces, pero ahora le va a dar una buena polla, ¡aunque sea la del conductor!
No hay resultados disponibles
No hay resultados disponibles