Bambino estaba furioso porque su novia no quería jugar con él. Su madrastra, Laura Bentley, también estaba furiosa porque su marido le estaba dando la misma lata. Se confesó con su hijastro y, sin darse cuenta, estaban desahogando sus frustraciones sexuales el uno con el otro, como en casa. Laura empezó a montar a Bambino justo detrás de su novia, distraída con su juego.
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