Katrina se acercó y dijo que tenía muchísimas ganas de que la llenara. Llevaba un vestido espectacular que le ceñía las curvas, pero no lo tuvo puesto mucho tiempo. Su coño mojado se deslizaba sobre mi polla y se movía con fuerza sin darme cuenta. Follamos largo y tendido y le di lo que quería: ¡una buena descarga de mi semen!
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