La británica Gal Ritchie se está duchando cuando el conserje pasa por su ventana y la ve enjabonándose sin querer. A Gal no le importa. De hecho, una polla bien dura le vendría bien para relajarse, así que le hace señas al conserje para que se acerque, lo invita a ducharse y se la mete por todo el baño y la habitación. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.
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