Tenía un discurso completo preparado para presentarles a la encantadora Abigail Morris. Empezó con mi admiración por lo hermosa que es de pies a cabeza, y además inteligente. Esta pelirroja fogosa no lo iba a tolerar. No quería el discurso. Quería la polla. Me encanta una mujer que sabe lo que quiere. Nada me hace más feliz que satisfacer ese deseo.
No hay resultados disponibles
No hay resultados disponibles