Kay Carter está estresada porque su cliente quiere vender la casa hoy mismo. Si no consigue la venta, buscará otro agente. Así que Kay hace lo que siempre hace para aliviar el estrés: saca su juguete sexual y empieza a juguetear con su coño allí mismo, en la casa que se supone que debe vender. Sin que ella lo sepa, alguien pasa por allí a echar un vistazo y la pilla en el acto. Kay está muy avergonzada, pero este hombre comprende el estrés que siente e incluso la ayuda a aliviarlo metiéndole su enorme polla negra en su coño mojado y ayudándola a correrse.
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