Eva Yi es tan pequeña que puede ser perseguida por toda la casa durante horas sin que la pillen. Puede esconderse debajo de escritorios, sillas e incluso en pasillos estrechos. Cuando finalmente la atraparon, la penetraron enseguida en su estrecho coño asiático. Sus agujeros fueron perforados sin tapujos. Su diminuta galleta de la suerte fue penetrada hasta el límite y quedó cubierta de una cremosa salsa de chicos.
