El semental travieso descansa en su habitación cuando entra Aderes Quin. La morena lleva su bikini naranja y una sonrisa radiante. Aderes se acerca y le cuenta todo sobre la confesión de la noche anterior, cuando estaba fuera de sí. El hombre, nervioso, charla con la guapa de grandes tetas y culo redondo, pero no puede concentrarse porque ella no para de tocarle los pantalones. Decidido a ceder al placer, permite que la mujer tatuada le haga una mamada y paja húmedas, una paja cubana y una mamada de huevos. Después, su amante procede a follar su coño peludo en la postura del misionero y del perrito. Aderes luego chupa y bombea la polla palpitante del hombre hasta que descarga su semen en su boca, que ella traga con gusto.
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