A Ada Lapiedra no le importa el sol sobre su piel desnuda con tal de poder tocar la polla de su amante. Con un diván listo, la morena de pelo corto se pone manos a la obra, se quita el vestido de punto y se coloca entre sus piernas. Ada le baja la cremallera de los pantalones y toma su creciente erección en su boca, haciéndole una sensacional combinación de mamada y paja, y chupando los huevos hasta que se pone completamente duro. Con ganas de más, desliza su coño afeitado por su miembro y lo cabalga en vaquera y vaquera inversa. El hombre entonces se encarga de follar a la esbelta zorrita de tetas pequeñas y culo redondo en estilo perrito y misionero al aire libre. Ada se sacia de su penetración hasta que la llena de leche.
