Jill Kassidy necesita algo duro y eso es precisamente lo que va a conseguir. Empieza abriéndose de piernas y acariciándose el clítoris dolorido con los dedos. Entonces aparece su polla y se pone de rodillas para recibirla hasta la garganta. Se lo está pasando tan bien que la baba y la saliva le salen a raudales por la boca y por todo su sensual cuerpo. Le encanta tanto la polla que se da la vuelta para...
