El hijo de Mellanie Monroe no ha ido a entrenar últimamente porque uno de sus compañeros, Mazee, lo ha estado acosando. Así que Mellanie lo invita a su casa para reprenderlo, pero es inútil, pues Mazee dice que no será indulgente con su hijo. Mellanie está dispuesta a hacer lo que sea para que pare el acoso, pero lo único que Mazee quiere son sus grandes tetas y su dulce coño. Mellanie le da a Mazee lo que quiere después de que él le prometa dejar a su hijo en paz; un trato en el que todos salen ganando.
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