Reagan Foxx tiene nuevos vecinos y, por desgracia, son de una fraternidad que se va de fiesta y pone la música a todo volumen. Su marido ha intentado que bajen el volumen, pero no le respetan. Reagan llama a uno de los chicos de la fraternidad, Apollo, para intentar que dejen de poner la música tan alta y que respeten a su marido, pero Apollo no se deja convencer fácilmente. Solo hay una cosa que Apollo aceptará para que ponga la música de su fraternidad más baja, y resulta ser el dulce coño de Reagan. Reagan hace lo que tiene que hacer y se folla a Apollo para acabar con su pesadilla.
