Ryder Skye y Alessandra Snow disfrutaban de unas bebidas mientras sus hijas, Piper Palmer y Rosalyn Sphinx, cotilleaban arriba. Las chicas empezaron a pelear, y entonces sus madres, al oír lo que pasaba, subieron e intentaron separarlas. Las madres dejaron que se tranquilizaran y las sentaron para que pudieran lidiar mejor con sus desacuerdos. ¡A veces basta con un beso para que las cosas se sientan mejor! Dicho esto, un poco de roce de coño les hace aún más justicia. Las madres intercambiaron a sus hijas y comenzaron a darles placer con las manos y la lengua. En poco tiempo, este intercambio se convirtió en un espectáculo de consoladores con correas, enseñándoles a las chicas la importancia de la amistad y el sexo lésbico.
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