Estaba pasando una tarde tranquila, echando una siesta en el sofá y soñando con zorras, cuando esta rubia enérgica me despertó husmeando entre mis partes. Tardé un minuto en darme cuenta de que era mi fan número uno, Carmen Caliente, y estaba allí para recordarme su delicioso y gordo coño. No perdí el tiempo para reencontrarme con ese dulce y húmedo agujero, aunque fuera una tía loca.
No hay resultados disponibles
No hay resultados disponibles